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Tras una severa crisis que ha afectado a la industria manufacturera en general y el acabose con la confiscación de la fábrica de Valencia, General Motors cesa todas sus operaciones en Venezuela.
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PARAÍSO PERDIDO
En la década pasada, el petróleo alcanzó un pico de más de 100 dólares por barril, lo que dio una inusitada bonanza a los países productores; al menos, lo que mejor supieron administrarse, como Brasil y Venezuela (ni hablar de varias naciones de Medio Oriente), mientras Estados Unidos se sumía en la crisis hipotecaria y Europa en una de sus crisis más graves desde la Segunda Guerra Mundial, agravados ambos casos por el aumento en el precio de los combustibles.
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En México, los apoyos a la gasolina, junto con la corrupción, un aparato burocrático oneroso (especialmente en PEMEX) y jaloneos políticos, evitaron que la “bonanza petrolera” llegar a permearse a la economía.
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A LA MEXICANA…
En México tuvimos un combinado extraño; la crisis de Estados Unidos afectó las tasas de intereses, lo que hizo que el mercado de consumo se desplomara (el mercado de autos es el mejor ejemplo), mientras que los consumidores se hicieron hipersensibles al aumento del precio de la gasolina, pese a que se procuró su estabilidad por medios artificiales; uno de varios factores que “absorbieron” la bonanza petrolera.
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En Venezuela, Hugo Chávez supo aprovechar la bonanza petrolera para apuntalar su plataforma política, pero no supo crear una alternativa para la crisis por venir.
LA ERA CHÁVEZ
No es raro que esta bonanza petrolera coincidiera con el ascenso y encumbramiento de Hugo Chávez en Venezuela, presidente entre 1999 y 2013. Esto le permitió mantener de manera artificial un sistema socialista e incluso apoyar a otras naciones de ideología similar, como Cuba. Sin embargo, con la muerte de Chávez llegó al poder el –bastante- menos hábil y carismático Nicolás Maduro, que no ha encontrado la forma de hacer frente a la crisis que se cernió sobre su nación.
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Las naciones orientales de la OPEP usarían las ganancias de la década pasada como “colchón” para soportar la caída en ingresos.
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REGALOS DE LOS REYES DE ORIENTE…
A comienzos de la actual década, los miembros orientales de la Organización de Países Exportadores de Petróleo acordaron fijar de manera arbitraria el precio del barril de crudo, alterando de manera artificial la ley de la oferta y la demanda al saturar el mercado: mientras que el petróleo más barato ayudaba a Estados Unidos y Europa a salir de sus respectivas crisis, al tiempo que aumentaba el consumo y por ende la compra de autos e hidrocarburos.
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La Reforma Petrolera llegó al menos un sexenio tarde a México, por lo que en lugar de mejorar la economía vía petróleo caro, la afectó.
CASTIGO PARA LOS NO COOPERATIVOS
Por otro lado, afectaba a los miembros menos cooperativos que habían “petrolizado” su economía. Si bien se buscaba afectar a Irán y Rusia principalmente, otras naciones resultaron víctimas colaterales, como la mencionada Venezuela y México, que tras jaloneos políticos por fin liberaba la inversión particular en el petróleo, aunque demasiado tarde, pues los precios del crudo comenzaban a caer.
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La administración de aquel país lanzó un plan para apoyar a la industria automotriz, con lo que comercializarían sus productos con planes mixtos de bolívares venezolanos y dólares americanos. GM rechazó la propuesta y Toyota y Ford la aceptaron, aunque sin resultados positivos.
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CRISIS VENEZOLANA
Bajo ese escenario, Venezuela vive una crisis donde hay carencia de varios productos de consumo básico, su moneda se desploma pese a que el gobierno estableció un tipo de cambio artificial y la industria no puede hacerse de varios insumos por la paridad de divisas. Ante esto, General Motor detuvo operaciones en su planta de Valencia, Carabobo.
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Aunque en un principio General Motors se comprometió a agotar la vía legal, sólo un par de días después anunciaron que dejarían el mercado venezolano.
GENERAL MOTORS DICE “NO MÁS” EN VENEZUELA
Ahora, en días pasados el gobierno venezolano aprovechó una demanda entablada desde hace 17 años contra GM por parte de un distribuidor local que fue cesado en el año 2000, para decretar un desproporcionado embargo de activos de 476 millones de bolívares (4,800 a 106 millones de dólares, según el cambio), con lo que quedaron confiscadas la fábrica, las oficinas de GM y sus contenidos (autos), que ya fueron sustraídos de las instalaciones, según GM, de manera ilegal.
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GM promete que liquidarían a sus más de 2,600 empleados conforme a la ley. Pese a ello, los sindicatos han tomado las instalaciones junto con la fuerza pública.
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Y AHORA… ¿QUIÉNES SIGUEN?
General Motors inició operaciones en Venezuela en 1948, llegando a colocarse como el fabricante de autos más grande de aquel país, con una producción de 45 mil unidades anuales. Aseguran que seguirán ofreciendo refacciones y servicio post venta a sus clientes.
Cuéntanos…
¿Crees que otras empresas terminen por abandonar el mercado venezolano?
¿Consideras correctas las acciones del presidente Nicolás Maduro?
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