
Muchos piensan que comprar un vehículo usado es fácil. Y de hecho lo es si te “rodeas” de la gente correcta que te puede ayudar a hacer los trámites. Hoy te vamos a contar la historia de José Xavier. Si te suena familiar o conocido el relato, no es porque estemos hablando de la misma persona… más bien quiere decir que no es tan raro que esto le ocurra a alguien.
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Compra del auto
Esta es la parte menos problemática de la historia. José Xavier compró su auto en un patio de autos usados, lamentablemente este no tenía garantía. Pero más adelante ya vamos a ver cómo eso lo afectó. La compra fue fácil, en una semana salió el crédito y junto a los ahorros que él tenía de los últimos 3 años, completó el valor total del auto. El crédito lo sacó a 2 años, pensó que era el tiempo perfecto para pagar su primer vehículo. Los números cuadraban.
José Xavier no pensó en ese momento en otros gastos que se podían presentar, sea por arreglos mecánicos o por los trámites que se debe realizar al comprar un carro usado.
Trámites sin fin

Desde el registro de contrato de compra-venta, el nuevo dueño tiene 30 días para continuar y terminar el proceso.
Lamentablemente, empezó la peripecia para cambiar el auto a nombre de José Xavier, un trámite que se conoce como traspaso de dominio. La primera complicación fue que el vendedor del auto había salido de la ciudad, y como es casado, tenía que regresar para asistir con su esposa a la notaría.
No solo tuvo que hacer un seguimiento constante hasta que la persona volviera para hacer el trámite, sino que también tuvo que pedir permiso en su trabajo para ir a la notaría a firmar, cuando el ahora ex dueño también pudiera. La primera vez, esta persona fue sin su esposa. “No sabía”, dijo. Pero José Xavier ya le había explicado cómo era el proceso, y lo importante que era este paso. La segunda vez ya fue con su esposa y pudieron firmar el contrato de compra-venta. Ya había pasado una semana desde que José Xavier recibió el vehículo.
Desde el registro del contrato de compra-venta, el nuevo dueño tiene 30 días para continuar y terminar el proceso de traspaso de dominio. El tiempo empezó a correr.
Filas en las ventanillas
Llegó la hora de desembolsar en el banco el dinero del 1% del valor del contrato. José Xavier se dirigió al banco autorizado por el SRI, pero no se fijó en la fecha: era 15 del mes. Por supuesto el banco estaba lleno, y la fila llegaba a la otra cuadra.
José Xavier no sabía, pero ahí mismo – además de cancelar el 1% del valor del contrato – debía también pagar el duplicado de la matrícula y el certificado único vehícular. Sin saber eso, y más el estrés de ver la fila tan larga, sólo pagó el primer valor. Cuando se acercó a la agencia de tránsito más cercana a su oficina – se tuvo que escapar del trabajo – le dijeron que no podía completar el traspaso. ¿Por qué? Necesitaba los otros dos documentos.
José Xavier, como cualquiera de nosotros en su lugar, estaba harto. Al día siguiente tuvo que ir nuevamente al banco, hacer fila – esta vez un poco más corta – y pagar los otros valores.
De visita a la agencia de tránsito
A todo esto, ya había pasado semana y media desde que se legalizó el contrato de compra-venta. Los días avanzaban y José Xavier aún no tenía el auto a su nombre.
Un día después de la segunda visita al banco, se escapó nuevamente del trabajo para ir a la agencia de tránsito, y terminó el trámite. ¡Al fin! Le parecía mentira.
Así terminó el tormentoso camino de José Xavier hacía tener su primer auto, a su nombre. La ilusión – que era tan grande en un principio – ahora solo era ganas de terminar el trámite y nunca más pisar un banco. Y todo empeoró cuando, a los dos meses de haber puesto el vehículo a su nombre, lo tuvo que llevar al mecánico. Y la cuenta fue de $500 dólares, ya que no tenía garantía. Pero esa historia la dejamos para otra ocasión…
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