
La presencia del “Fenómeno del Niño” trae consigo el incremento de lluvias y temperatura, lo cual también puede ocasionar desperfectos en carreteras y rutas. Por ello, se debe tener en cuenta medidas para afrontar cualquier desperfecto al volante
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¿Cómo enfrentar terrenos peligrosos al volante? Algunos son lodosos, otros rocosos y de características especiales. En estos casos, se debe tener más precaución y aplicar ciertas técnicas para poder tener un viaje seguro.
Conducción sobre piedrecillas o ripio
En una situación como ésta, las llantas del vehículo tienen sobre las piedras una menor adherencia que sobre piso liso, por ello, circular a velocidades altas empeoraría la hazaña, ya que se perdería la adherencia progresivamente con la velocidad. Lo ideal es conducir con velocidad baja y con ambas manos sujetando con firmeza el volante, evitando frenadas bruscas y giros inesperados, pues esto haría resbalar el auto y perder inestabilidad.
De igual manera, se recomienda optar por las zonas más aplanadas para conducir, evitando pasar por montículos de piedras porque podría generar que las llantas se atasquen y giren en falso. Si es que pasara esto, se debe descender del vehículo y apalear las piedras delante de las llantas para procurar que haya tracción.
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Conducción en terrenos lodosos o de barro
Actualmente, con las fuertes lluvias que se pueden presentar por el “Fenómeno del Niño”, hay caminos de tierra que se convertirán en barrizales.
De esta manera, enfrentar terrenos lodosos es todo un reto ya que a lo largo del sendero existe una gran variedad de densidades y de profundidades del lodo. Antes de dar por iniciada la aventura, es ideal bajar del vehículo e inspeccionar el terreno y así determinar el estado de éste.
Si es posible seguir en marcha, antes que nada se deben cerrar las ventanas del auto, ello evitará que el lodo entre en la cabina y cree una distracción al momento de la conducción. Avanzar tranquilamente es la mejor opción, eso sí, siendo constante, pues lo primordial es mantener los giros de las llantas al mínimo necesario; de igual manera, evitar cambiar de marcha, ya sea hacia arriba o hacia abajo, pues esto alteraría las revoluciones del motor. Asimismo, se debe procurar pisar poco los frenos, en general, es mejor conducir con un ritmo pausado.
Una de las principales reglas es conducir despacio, así será menos probable un posible deslizamiento. A su vez, no se debe acelerar a fondo, eso ocasionaría que las llantas giren más rápido y se formen surcos aun más profundos. Como consecuencia, el barro se pegaría a los neumáticos y realizar cualquier otro movimiento se tornaría complicado.
Cuando se trata de terrenos lodosos lo más recomendable es la tracción total, cabe resaltar que hay quienes prefieren tracción delantera; todo dependerá del estilo y experiencia de cada conductor.
De tratarse de un vehículo con propulsión trasera, lo recomendable es cargar la maletera para que haya más peso sobre el eje trasero que mueve el auto. Quienes optan por esta tracción aseguran que es mejor para salir ante la posibilidad de quedar atascado.
Cabe resaltar que todo tipo de terreno trae consigo nuevos retos que permitirán a cada conductor tener más experiencia en cada camino, además de conocer más detalladamente las habilidades de cada vehículo.
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¿Alguna vez has tenido un reto similar al volante?
¿Qué tipo de tracción utilizarías en uno de estos casos?
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