
Este jueves se debía decidir el sistema de clasificación que regirá desde el Gran Premio de China hasta fin de temporada para la Fórmula Uno, después que el sistema implementado este año en Melbourne y Shakir fuera un rotundo fracaso. La FIA y Ecclestone no querían volver al sistema 2015 y los equipos sí. Ganaron estos últimos, pero aún no está dicha la última palabra.
Luego del estrepitoso fracaso del nuevo sistema de clasificación impulsado por la Fórmula Uno en su conjunto en el Gran Premio de Australia, los equipos habían tenido una primera reacción positiva en Melbourne, al votar por unanimidad el retorno al sistema de 2015 con efecto inmediato. Pero como no son los únicos que opinan en la cuestión, y ni Jean Todt ni Bernie Ecclestone estaban presentes en la carrera inaugural de la temporada 2016 de F1, la decisión debía ser ratificada unos días más tarde.
Tanto la FIA (Todt) como la FOM (Ecclestone) no hicieron lugar a ese petitorio de los equipos, dando sólo dos opciones para Bahrein: mantener el sistema tal cual como en Australia o sólo modificar la Q3, quitando la eliminación que se mantenía en Q1 y Q2.
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Ante la negativa a volver al 2015, no hubo unanimidad en la elección y eso automáticamente obligó a la F1 a correr en Shakir con el mismo sistema de clasificación de la primera carrera, con el fracaso casi seguro como resultado a la vista.
Así fue, en Bahrein la clasificación volvió a ser un desastre en términos de espectáculo y no consiguió su principal objetivo, que era mezclar la fila y sacar a los Mercedes de adelante. Entonces, hubo otra reunión en la que no hubo acuerdo porque nuevamente Todt y Ecclestone, presentes en Bahrein, se negaron a regresar al 2015, para lo cual propusieron un sistema alternativo, dejando sin efecto la eliminación pero obligando a computar dos vueltas por piloto en cada sección de la clasificación. La votación final sería este jueves.
Pues antes de la votación, los 11 equipos de Fórmula Uno, en una demostración de unión y fortaleza corporativa, enviaron una carta firmada por todos, en la que rechazaban el sistema de dos vueltas agregadas, y endurecían su posición al decir que sólo aceptarían volver al sistema de clasificación de 2015.
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La votación parece que no fue necesaria entonces, y tanto Todt como Ecclestone dieron el visto bueno final para volver al sistema de Q1, Q2 y Q3 con eliminación al final de cada sección, con seis pilotos en cada eliminación y diez en el último segmento para pelear por la Pole Position. Todavía falta redactar el reglamento, aunque se espera que no haya sorpresas. La principal modificación para la carrera al regresar al sistema de clasificación de 2015, sería que en lugar de los ocho primeros, serán los diez de adelante los que no podrán elegir con qué compuesto de neumáticos largar el Gran Premio, y deberán hacerlo con el set de neumáticos con el que saltaron de la Q2 a la Q3.
Cuesta creer que tanto Jean Todt como Bernie Ecclestone hayan cedido a la presión de los equipos sin algo a cambio, especialmente porque ambos dirigentes se manifestaron públicamente durante esta semana, muy disconformes con la “democrática” forma de tomar las decisiones que tiene la Fórmula Uno hoy en día. El Presidente de la FIA diciendo que cree que el poder de decisión respecto a las regla de la F1 debería ser exclusivo de la Federación que lidera, y el inglés, dueño de los derechos comerciales de F1, señalando que los pilotos no deberían opinar, puesto que ellos no invierten un solo dólar sino todo lo contrario. Este comentario, sumado al anterior en el que cuestionaba que los equipos sólo defienden su propio interés y no el interés común de la Fórmula 1, lo puso en igualdad de plano con Todt, y opuesto a los constructores, quienes encabezados por Mercedes y Ferrari, tienen ocho de los 11 equipos de la parrilla.
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Pero abril no quedará solamente en el recuerdo porque se correrá el GP de China con el formato de clasificación de 2015, sino porque es el último día del mes la fecha límite para decidir las reglas técnicas de 2017, y ese es acaso el espacio en el que tanto Todt como Ecclestone, hagan pesar su renuncia a cambiar el sistema de clasificación.
Los equipos no quieren un cambio drástico en aerodinámica, y no aceptan que se les imponga un costo máximo para los motores que suministran a equipos cliente, bajo la amenaza constante de homologar un motor genérico al que todos puedan acceder a un costo muy inferior al que hoy pagan por tener un impulsor Mercedes, Ferrari y Renault.
Probablemente, para la FIA y la FOM, esta no haya sido una batalla perdida frente a los equipos, sino una estrategia para imponerse cuando se defina el futuro de los próximos cuatro años.
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