
¿Subaru tuvo alguna vez un coupé de alto rendimiento? No exactamente… pero si lo pensamos un poco, se acercó bastante a la fórmula que por aquel entonces propusieron sus similares del archipiélago nipón, nos referimos al Subaru SVX.
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Década de los 90, coupés deportivos japoneses de alto rendimiento y una serie de nombres míticos que se insertaron el en ideario colectivo; 300ZX, Supra, NSX, 3000GT y RX-7.
Subaru, al igual que Mitsubishi, no tenía una plataforma de propulsión trasera adecuada para poder hacer frente al naciente segmento, pero también echó mano de lo mejor que tenía, pues al igual que la casa de los tres diamantes, su tradición ralista estaba en ciernes en aquellos años: el Impreza WRX llegó en 1992, el STI en 1994, y el primer campeonato en el WRC en 1996.
SUBARU SVX Y SU CAMINO PROPIO
Subaru no tenía en ese momento una planta motriz que le permitiera acercarse al club de los 280 caballos en que se movían la mayoría de sus competidores. Careciendo también de un presupuesto holgado para desarrollo tal como el resto de los fabricantes nipones.
Así, decidieron tomar un camino diferente; ubicarse en el espectro bajo de potencia, pero en el estrato superior de lujo y comodidad. De hecho, su intención era combinar comodidad con rendimiento.
DE ENTRE LAS ESTRELLAS
Así como Subaru toma su insignia del cúmulo de Las Pléyades, tomaron el nombre de la estrella más brillante del conjunto para un concepto de 1989: Alcyone (Alcíone), bautizada en honor a una de las hijas del titán Atlas, según la mitología griega, nombre que ya habían usado para algunas variantes anteriores; mientras que SVX venía de “Subaru Vehicle X”, una referencia más a la generación de los sesenta y setenta, y que sobrevivió como única denominación fuera de Japón.

Si bien las ventas no fueron testimoniales, tampoco tuvo el éxito que a la marca le hubiese gustado, pues de un esperado de 10 mil anuales, colocaron poco más de 24 mil unidades en seis años de producción.
El diseño corrió a cargo de Giorgetto Giugiaro y su entonces estudio Italdesign (hoy propiedad de Audi), inspirado en la aeronáutica y sus amplias áreas acristaladas divididas. Las curvas del modelo de producción de 1991 le otorgaron una coeficiente aerodinámico de 0.29, mejor que, por ejemplo, el Nissan 300ZX, cuya variante atmosférica en configuración 2+2 sería uno de sus principales rivales, junto con el Lexus SC 300 de 225 HP.
CORAZÓN PLANO
Para animar al Coupé se eligió una evolución del Bóxer 2.2 litros de cuatro cilindros que animaba a los Legacy e Impreza de aquella época, sumando dos pistones más para ser un seis cilindros 3.3 litros, que pasó de largo la inducción forzada para quedar con 231 HP y 228 lb-pie de par motor.
Con un 0 a 100 km/h en 7.3 segundos y el cuarto de milla en 15.4 segundos, las prestaciones no asustaban a las variantes más rabiosas de sus coterráneos, pero no era la intención de Subaru, además que resultaba adecuado para la intención más refinada del vehículo, como atestigua el hecho de tener sólo una transmisión automática de cuatro relaciones (en aquel entonces no contaban con una manual capaz de manejar el torque) y sus dos configuraciones de tracción total con diferencial trasero de deslizamiento limitado viscoso, primando el eje delantero o el trasero según fuera el caso.
NON MULTA, SED MULTUM
Además de la tracción total, el refinamiento venía de parte de elementos como climatizador, vestiduras de piel, lector de CD, conexión para teléfono celular o asientos eléctricos.
Aunque era el Subaru más caro vendido fuera de Japón, el precio era mucho menor al de sus rivales (menos de 30 mil dólares en su año de lanzamiento), aunque estos podían presumir de una mayor potencia y un perfil más deportivo.

Con poco más de 1,600 kilogramos, tampoco era un peso pluma al estilo del RX-7 o el NSX, aunque sus 4.62 metros de largo le otorgaban una banca trasera más real.
PASADO, PRESENTE Y FUTURO
Hubo un Coupé del Impreza en su primera generación (1992-2000), pero tras la desaparición de éste y del SVX, la gama de Subaru ha adolecido de la falta de un dos puertas en su gama.
Tuvo que llegar una marca vecina para que volvieran a tener un Coupé en su alineación; no sólo eso, el fabricante resultó ser un especialista en propulsión trasera, por lo que no sólo llegó esta configuración a la división de autos de Fuji Heavy Industries, también se combinó en un paquete deportivo con un motor de cilindros opuestos en una propuesta inédita fuera de Alemania desde hace mucho.
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El Subaru BRZ, el gemelo del Toyota GT86, puede que no sea el deportivo más potente del mercado, también se haya bastante lejos del 370Z, ya no digamos del Acura NSX de segunda generación o de los futuros Toyota Supra y Mazda RX, pero hasta ahora, son pocos los que no esbozan una sonrisa luego de bajarse del auto.
El BRZ podría recibir más potencia, no porque le haga falta, sino porque Subaru puede ofrecer más y el chasis es capaz de soportarlo.
Pese a la solicitud de muchos fanáticos, la marca y su similar Toyota han preferido donar al postmercado esa posibilidad. ¿Volverá Subaru a intentar competir en el segmento de los Coupés de más de 280 HP o en el nicho de los autos de lujo?
El pasado prototipo WRX de 2013 nos hizo guardar esperanzas, pero la realidad del ícono ralista ha sido diferente; sin embargo, 300 caballos y tracción total en su variante STI no parecen un premio de consolación falto de encanto.
CUÉNTANOS…
¿Qué era lo que más te gustaba de ese modelo de Subaru?
¿Cuál crees que era su principal competencia?
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