A finales del siglo pasado la idea de una SUV deportiva era algo en lo que no mucha gente pensaba. Ya se había explorado esta posibilidad, pero no se había tenido mucho éxito. Un claro ejemplo de esto es la Lamborghini LM002, que era un vehículo todoterreno que utilizaba el mismo motor V12 de 5.1 litros con 450 caballos de fuerza que encontrábamos en el Countach; pero hubo un modelo que causó sensación y mantiene su legado: Porsche Cayenne.
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A pesar de que la LM002 se produjo durante ocho años, sólo se fabricaron 328 unidades, y desde su desaparición en 1993 no habíamos visto nada similar. Todo eso cambió cuando con la llegada del nuevo siglo, Porsche se dio a la tarea de crear una SUV que les ayudará a aumentar sus ventas a nivel mundial.
Aprovechando que son parte del Grupo Volkswagen y que ya habían trabajado con la otra marca alemana en numerables ocasiones, Porsche se dio a la tarea de tomar la plataforma de la Volkswagen Touareg para crear su propia versión, la Cayenne.
Cayenne es el modelo con mayor tamaño de la firma alemana.
Cuando la Cayenne se presentó por primera vez en 2002, la respuesta del público fue mixta en el mejor de los casos. Muchos argumentaban que Porsche no tenía nada que hacer metiéndose en el segmento de las camionetas familiares, mientras que muchos otros aplaudieron la decisión de la marca alemana de aventurarse en un segmento que no les era familiar.
PRIMERA GENERACIÓN
La primera generación de la Cayenne comenzó a venderse en 2003 y representó el primer vehículo con motor V8 de la marca desde la desaparición del 928 en 1995.
Cuando llegó al mercado fue recibida con reseñas muy positivas gracias a sus potentes motores y su manejo. A pesar de ser una SUV, los ingenieros de Porsche lograron que entregara una sensación de manejo esperada de un modelo de la marca.
Uno de los aspectos más llamativos de Porsche Cayenne es su imponente línea.
Mucha gente pensó que pasaría algo similar con lo que le pasó a la LM002, que aunque tenía el motor del Countach, no se manejaba como un auto deportivo. En el caso de la Cayenne, se pensó que sólo sería una Touareg con emblemas de Porsche y un poco más de equipamiento de lujo, pero no fue el caso.
Porsche Cayenne logró capturar la esencia de manejo de la marca y demostrarle al mundo que una SUV realmente deportiva era algo que se podía lograr.
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PRESTACIONES
Inicialmente, la Porsche Cayenne S contaba con un motor V8 de 4.5 litros con 340 caballos de fuerza. Para la Cayenne Turbo se utilizó el mismo motor, pero se le añadió un turbo que lo llevó hasta los 450 caballos de fuerza. Más adelante se unieron un par de versiones VR6 de 3.2 y 3.6 litros con 240 y 290 caballos respectivamente.
También hubo una versión GTS con un motor de 405 caballos y la versión más potente de esta primera generación fue la Turbo S, que llegaba hasta los 521 caballos de fuerza, dándole características de manejo que no se habían visto hasta entonces en una SUV.
La primera generación de Porsche Cayenne en su versión Turbo acaparó los reflectores porque retomaba conceptos de sus hermanos menores.
SEGUNDA GENERACIÓN
En 2011 legó la segunda generación con varias mejoras sustanciales. A pesar de ser más grande, presenta un diseño más aerodinámico y es más ligera que se predecesora, lo que le ayuda a conseguir mejores consumos de combustible.
La oferta de motores aumentó con el V8 subiendo a 4.8 litros al que se le unieron el VR6 de 3.6 litros, un nuevo V8 de 4.1 litros y un V6 de 3.0 litros que podía formar parte de la nueva versión híbrida.
Con la segunda generación de la Cayenne, Porsche siguió rompiendo paradigmas al presentar una versión híbrida de su SUV deportiva de lujo, y encontró la manera de que otorgara la potencia necesaria para seguir siendo un Porsche, pero reduciendo considerablemente las emisiones.
La Porsche Cayenne revolucionó por completo la industria automotriz. Su éxito ha sido tal que inició una tendencia global en la que todas las marcas están fabricando sus propias SUV deportivas.
Hoy en día existen diversas versiones de Porsche Cayenne y todas mantienen la elegancia que caracteriza a la casa alemana.
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Lejos quedaron los días en los que una SUV era un vehículo para salir de la carretera, ahora son el modo de transporte favorito de mucha gente y son el segmento con más crecimiento en los últimos años, en gran parte gracias a la Porsche Cayenne.
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