Este 7 de marzo una marca está de plácemes. Es BMW que cumple nada menos que 100 años de existir como empresa y que pasó de ser un productor de motores de avión a ser uno de los armadores de los autos con más adrenalina en el mundo.
Las siglas BMW derivan de Bayerische Motoren Werke (Fábricas Bávaras de Motores) y sus primeras acciones motrices se remontan 1917 cuando mostró el motor de avión llamado “BMW IIIa” de seis cilindros en línea que tenía la particularidad de usar materiales ligeros.
SU ENTRADA AL MUNDO DE LAS MOTOCICLETAS
Seis años después, en 1923 la firma alemana sorprendió al mundo con su primera motocicleta, lo cual era signo de un adelanto, dado que por esas fechas otros fabricantes aún trabajaban en el desarrollo de bicicletas.
Su primer corcel de hierro se llamó BMW R32 y fue considerada la primera motocicleta alimentada por un motor Bóxer de dos cilindros horizontalmente opuesto, contando con una caja de cambios manual atornillada directamente al motor y transmisión de potencia a lo largo de un eje en lugar de una cadena o banda.
Así lucía la R32 de BMW.
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EL DEBUT EN LOS AUTOMÓVILES
El mundo dejaba atrás los horrores de la Primera Guerra Mundial. En 1928, BMW se convirtió en un fabricante de automóviles e inicialmente produjo vehículos pequeños con base en un diseño contemporáneo establecido.
Prueba de ello fue el BMW 303 que fue el primer vehículo de gama media lanzado bajo la marca y alimentado con un motor de seis cilindros en línea.
El modelo se presentó en 1933 y estableció un ADN que se distanció de sus competidores con el contorno distintivo de la cubierta del radiador, el cual aún es reconocible hoy en día como la rejilla en forma de riñón de BMW.
Este vehículo también tenía un bajo peso como resultado del marco tubular con dos tubos inferiores de secciones transversales diferentes. Éstos fueron utilizados por primera vez en un automóvil.
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Luego de la Segunda Guerra Mundial y tras detener momentáneamente en ensamble de automóviles dado que el conflicto bélico priorizó la producción de motores para avión, la fabricación de automotores reinició con el comienzo de la década de los 50.
En esos años, BMW lanzó su 501, además los modelos 503, 507 y el 3200 CS, con la desventaja que eran relativamente caros tomando en cuenta que la guerra había sido especialmente cruel con los bolsillos de los habitantes alemanes.
LOS GLORIOSOS 70
El BMW Serie 5 se presentó como el sucesor del “New Class”. Y, de hecho, la demanda comenzó a adquirir velocidad a partir de 1975.
La cara del BMW Serie 5
Pero no sólo ese fue el momento para recordar en esa década. En 1978 la marca presentó una variante del Serie 5 alimentado con hidrógeno en colaboración con el Deutsches Zentrum für Luft- und Raumfahrt (“Centro Alemán de Aeronáutica y Astronáutica”), que es el antecedente directo de los automóviles actualmente impulsados con tecnologías alternas como son el i3 y el i8.
En su momento el i3 causó revuelo por su peculiar diseño y es considerado el primer BMW producido en serie con cero emisiones ya que es impulsado por un motor totalmente eléctrico.
Y ni qué decir del i8, considerado como el auto más fascinante de BMW y el primer súper deportivo híbrido y es impulsado por un motor eléctrico de 131 caballos de fuerza y uno de combustión interna turbocargado, que le suma 231 caballos más al i8 para dar un total de 362 caballos que lo ponen a la par de cualquier vehículo motorizado a gasolina.
Esta es la cara del i8 de BMW.
BMW VISION NEXT 100
El i8 podría ser considerado como el auto del futuro, pero aprovechando su centenario, la marca presentó el BMW Vision Next 100, que es el imaginario de cómo será la conducción durante el siguiente siglo.
De acuerdo con Harald Krüger, CEO de BMW, este modelo podría llegar al mercado entre 20 y 30 años, cuando el auge de los vehículos autónomos se haya consolidado.
Este concept de BMW está concebido para la conducción autónoma y de hecho carece de volante, toda vez que más bien parece que tiene una especie de mando similar al de los aviones.
BMW Vision Next 100 tiene dos modos de conducción: Ease y Boost, siendo el primero a facilitar la conducción autónoma, en tanto que con el segundo se pude controlar el vehículo manualmente.
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