
Toca el turno de recordar a uno de los deportivos más sui géneris de todos los tiempos: el Mazda RX-7 que ha sido la única marca en aferrarse al motor Wankel, echando mano de esta configuración en varios de sus autos.
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Aunque fue en el segmento de los deportivos y especialmente en la competición donde alcanzaron el punto más alto de desarrollo para este tipo de mecánicas, al grado que la historia del motor de rotores no podría entenderse sin Mazda, y viceversa.
MIRA MAMÁ, SIN PISTONES
Patentado en 1929, el motor Wankel de rotores se distinguió por su tamaño compacto y su capacidad de girar a altas revoluciones, que junto con su simplicidad mecánica al tener la mayor parte de sus componentes girando en la misma dirección, a diferencia del motor de pistones que presenta cambios bruscos de movimiento (que se compensan mediante volantes de inercia), le valió ser tomado en cuenta para diversas aplicaciones, como autos, motocicletas, e incluso aviones.
DESDE LA SARTHE CON AMOR
No, Mazda no creó el motor el motor rotativo, pero han sido los encargados no sólo de mantenerlo vigente en el mundo automotriz, sino de llevarlo a su máxima expresión, tal como atestigua el título de una mecánica Wankel en las 24 Horas de Le Mans, y el único triunfo de un fabricante japonés, cuando el Mazda 787B obtuvo los laureles en la justa francesa en 1991, 30 años después de llegar a un acuerdo para el uso de este tipo de plantas motrices de parte de NSU.
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ERRE Y EQUIS
Tras resolver los problemas de consumo (hasta donde fue posible) que afectaron a los motores desarrollados por otras compañías, Mazda lanzó su primer auto con motor Wankel en 1967, el Cosmo 110S, con 110 HP (Series I, 1967-68) y 130 HP (Series II, 1868-1972), seguido del 100 R con 100 Hp en 1968 y varios modelos más a lo largo de los siguientes años, experimentando con turbocargadores y alimentación a diésel, seguidos casi siempre por las siglas R o RX.
Fue en 1978 que la marca lanzó el Mazda RX-7, un coupé de propulsión trasera que sería el encargado de masificar los rotores, con mas de 800 mil unidades producidas.
MOTOR COMPACTO, PESO LIGERO
El primer representante ofreció 100 caballos de fuerza, el modelo Turbo de 1983 llevó la potencia hasta los 165 HP, combinadas ambas variantes, significaron la mitad de las ventas totales del RX. La segunda generación (1985-1990) escaló hasta los 182-205 corceles, esta última cifra para el Series 5. Pero justo en el año en que Mazda se coronaba en la justa francesa, se presentaba la tercera generación de su exitoso Coupé.
Aunque fue la iteración menos exitosa en términos comerciales, logró ponerse a la par de lo más granado del archipiélago nipón gracias al uso de doble turbocompresor secuencial e interenfriador, llevando la potencia hasta los 280 caballos en el Type R al final de su vida, destacado cuando el peso era de apenas 1,270 kilogramos de su variante biplaza (10 kg mas para el 2+2); más ligero que el Acura NSX con su profusión de aluminio.
Los dos rotores gemelos apenas cubicaban 1.3 litros, haciendo honor a su eficiencia mecánica.
El deportivo nipón era capaz de lograr el 0 a 100 km/h en 5.3 segundos, mientras que la velocidad máxima llegaba a 253 km/h, apenas un ápice detrás del citado Honda, aunque a diferencia de su coterráneo, el Mazda se distinguía por un manejo más demandante, aunque no menos refinado gracias a su distribución perfecta de masas de 50/50. Además del consumo (menos de 8 km/l) el otro talón de Aquiles del modelo fue el sobrecalentamiento, aunque con el cuidado adecuado llega a ser un auto durable, aunque pese a ser rápido y lujoso, el RX-7 se había vuelto demasiado caro.
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PASADO, PRESENTE Y FUTURO
El RX-7 cesó su vida comercial en 2002, siendo sucedido por el RX-8, cuyo 1.3 Renesis producía 250 caballos sin necesidad de inducción forzada. La ausencia de Turbos obedecía también a la necesidad de mantener el costo en un espectro más razonable, aunque el consumo, tanto de combustible como de aceite, fue un detalle del que constantemente se quejaron los propietarios.
El último RX se fabricó en 2011, dejando un importante hueco en la gama de Mazda y en los corazones de los entusiastas del motor Wankel.
En Mazda se hayan actualmente embebidos en su deportivo estrella: el Roadster MX-5/Miata, que con 27 años en el mercado, un millón de unidades y una fórmula clásica, pero vigente (motor “alegre”, peso extremadamente bajo y una conducción que involucra totalmente al conductor), es un campeón con todas sus letras, al grado que ya es compartido con Fiat bajo el nombre 124 Spyder.
La firma de Hiroshima volvió a insuflar ánimo a los entusiastas de los rotores en el pasado Salón de Tokio, cuando presentó el RX-Vision Concept. Además de su escultural carrocería con diseño KODO, el prototipo llamó la atención cuando se anunció que era impulsado por un motor rotativo que enviaba la potencia al eje posterior.
El RX podría renacer en 2017, a tiempo para el quincuagésimo aniversario del primer Mazda Wankel de producción, quizá con el nombre RX-9, aunque RX-7 no deja de sonar evocador.
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