Fernando Alonso se inscribe a la edición No. 101 de las “500 Millas de Indianapolis”, un evento deportivo que el tiempo le ha dado prestigio, redención y fama a nivel mundial.
Puede ser vista como una maniobra de mercadotecnia orquestada por Zak Brown, nuevo CEO de McLaren que tiene una respetable reputación en el automovilismo estadounidense, y que puede mejorar la imagen que Honda tiene en la Fórmula 1, ya que en la IndyCar ha ganado las dos fechas disputadas en el certamen en curso. O solo una locura, por la nula experiencia en superóvalos por parte del español.
Más en Motorbit: James Hinchcliffe sigue escribiendo su historia en IndyCar
Sin embargo, este proyecto, que se consolidará el domingo 28 de mayo, es otro de los resultados que la categoría estadounidense ha generado en su intento por retomar su consolidación dentro del deporte internacional.
¿QUÉ ES LA INDIANAPOLIS 500?
Es una carrera que ha sobrevivido dos Guerras Mundiales, dos crisis económicas globales y una Guerra Civil, la de la CART y la IRL, que en su momento casi termina con el automovilismo de monoplazas, así como la mala imagen que causó un espeluznante accidente de 16 autos en Las Vegas, Nevada, que reclamó la vida del británico Dan Wheldon, en octubre de 2011.
Es una fecha que los aficionados marcan en cada mes de mayo, al haber nacido 12 años antes que las “24 Horas de le Mans” y 18 antes que el Gran Premio de Mónaco. El Targa Florio era más antigua por cinco años,, hasta su extinción en 1977, a la vez que el Rally de Montecarlo también nació en 1911, solo que cuatro meses antes.
Más en Motorbit: El retrovisor que ganó Indianapolis
Es un evento que no solo ha sido parte de la evolución del automovilismo, en el que innovadores como Dan Gurney, Colin Chapman y los diseñadores que representan a marcas de coches han ido en la búsqueda de la velocidad, sino también en la industria, al implementar elementos tan simples como el espejo retrovisor, o tan sofisticadas como sistemas de seguridad, la inyección directa de combustible o el motor trasero.
Es una prueba de resistencia, en la que durante tres horas, los hombres y mujeres que manejan a más de 360 km/h, con la adrenalina al 100% y con el peligro alrededor, buscan ser parte de la historia del deporte motor estadounidense. Los grandes apellidos americanos como Foyt, Unser, Andretti, Penske y Mears, construyeron su legado en este lugar, por las razones correctas o equivocadas.
Una inscripción a las “500 Millas de Indianapolis” de la IndyCar siempre tienta a pilotos de NASCAR y F1.
Como en todo evento de prestigio, Indianapolis define parte de la trayectoria de un piloto, o bien puede arruiarla, ya sea al nunca ganar, no poder terminar el recorrido o, incluso, no clasificar dentro del selecto club de 33 pilotos que año con año conforman la parrilla de salida.
También las estrellas internacionales, desde su inicio, han ido a probar suerte en una pista en la que se requiere valentía y respeto: Clark, Brabham, Fittipaldi, Mansell, Villeneuve… incluso Juan Manuel Fangio, Pedro Rodríguez y Bruce McLaren se vieron seducidos por el reto, pero en última instancia, la historia les quedó debiendo la oportunidad de correrla.
LA ACCIÓN FUERA DE PISTA
Es, asimismo, un día en el que las celebridades llegan a disfrutar la experiencia. Lady Gaga se ha subido al biplaza que conduce Mario Andretti, Peyton Manning ha sido parte de la lista de quienes han ondeado la bandera verde, mientras ZZ Top y Journey le dan color al ambiente con los conciertos en el día de la última práctica.
No hay evento deportivo, de un solo día, que reúna a un mínimo de 300 mil personas en el último domingo de mayo, tomando ventaja de la celebración del Memorial Day, el día de homenaje para los “caídos” en la guerra. La mayor parte de los asistentes son de la ciudad de Indianapolis; gran parte de su existencia se debe a que es considerado un evento de la gente de Indianapolis.
Jim Clark es parte de la lista de Campeones de Fórmula 1 en ganar en Indy.
Pero lo que hace diferente a las “500 Millas de Indianapolis” al glamour de Mónaco y al contexto europeo de Le Mans son las tradiciones, algunas de ellas nacientes desde hace más de 80 años: el ganador bebe un litro de leche con la corona de laurel colocada en el cuerpo, mientras las gaitas locales hacen sonar “Scotland, the Brave”, el desfile por la ciudad el día antes de la carrera, los globos que sueltan en los minutos previos o la canción “Back Home Again in Indiana”.
2017 Y EL INTERÉS EN INDYCAR
Además, el momento que ha formado la IndyCar Series en los últimos años, con pilotos de todo el mundo que semana a semana, durante 16 carreras, a pesar de ser una categoría monomarca (en la que solo hay un proveedor de chassis) y dos motoristas, tienen la misma oportunidad de ganar, sin importar si uno corre para Roger Penske y Chip Ganassi, o los humildes Dale Coyne y Sam Schmidt, quienes tras dos fechas, lideran el certamen en curso.
Más en Motorbit: Algunos de los pilotos más exitosos de IndyCar
El interés ha sido notable: Juan Pablo Montoya, Takuma Sato y Sébastien Bourdais son algunos ex Fórmula 1 que se han inscrito a la prueba. El argentino Ricardo Juncos debutará como propietario de equipo, siendo el fruto de un trabajo que comenzó hace 15 años. Tony Stewart, tricampeón de NASCAR, patrocinará uno de los tres autos de Schmidt. Helio Castroneves y Tony Kanaan, en su vigésimo año en el deporte, son algunas de las estrellas.
Por estas razones, junto con la crisis por la que atraviesa McLaren en la Fórmula 1, es que ella, Alonso, Honda y Andretti Autosport, propiedad de Michael Andretti, el mejor piloto que nunca ganó la Indy 500, se han unido para una de las asociaciones más mediáticas de los últimos 20 años, y cuya experiencia definitivamente no olvidará.
CUÉNTANOS…
¿Qué te parece la decisión de Alonso?
¿La IndyCar es una categoría que va en ascenso?
La entrada Las razones por las que Fernando Alonso eligió Indianapolis aparece primero en Motorbit.
